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18 de Mayo de 2024

El fracaso del teletrabajo en Chile: empresarios se inclinan por modo híbrido o presencial apuntando a falta de cambio cultural de los trabajadores

Ilustración: Camila Cruz

Desde 2020 a 2023, el empleo telemático bajó de un 20% a apenas un 4%, pese a que se hablaba de que el trabajo "llegaba para quedarse", lo que finalmente no sucedió. ¿Cuáles son las razones de la brutal caída? Acá, empresarios y expertos debaten indicando la procrastinación de algunos empleados que laboraban en su hogar y la importancia de las conexiones interpersonales en el trabajo, entre las principales ventajas del trabajo presencial.

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Cuando Estaphanie Torres (26) comenzó su teletrabajo en 2021, en medio de la pandemia, creyó que las posibilidades de volver a la oficina eran lejanas. Su vida personal y profesional, en ese momento, se le ordenó: por fin podía compartir con su familia y no tenía que hacer viajes de una hora y media hacia el trabajo. 

Un año y medio después de eso, su empresa, dedicada al rubro bancario, le avisó que debía volver a la oficina y dejar el teletrabajo. “Tienen que compartir con sus compañeros”, les explicaron sus empleadores.

“Empezamos a ir a la oficina una vez a la semana, desde junio del año pasado. Y ya en marzo se implementó ir tres veces a la semana presencialmente”, cuenta Torres. “Y hasta fin de año la idea es que todos volvamos 100% presencial”, agrega. 

El caso de Torres es la experiencia que la mayoría de los trabajadores han tenido después de la pandemia. De acuerdo con el “Análisis del Teletrabajo y Trabajo a Distancia”, de julio de 2023 de la Subsecretaría del Trabajo, la cantidad de personas que dejaron de trabajar de manera remota fue considerable. Por ejemplo, en 2020, hubo 1.105.391 personas que empezaron a realizar sus actividades laborales telemáticamente. Sin embargo, en el 2023, se contabilizaron 278.114 trabajadores en esta modalidad. 

El estudio “Auge y caída del teletrabajo” del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, fue más allá. El sondeo indicó que la cantidad de personas trabajando remotamente en 2023 fue de un 4%. Esto en comparación al 20% al que llegó en 2020.

Grandes empresas internacionales se inclinaron a esta tendencia. Sam Altman, director ejecutivo de Open AI -la compañía que creó ChatGPT-, manifestó su desacuerdo con la implementación del teletrabajo después de la pandemia. “Uno de los peores errores de la industria tecnológica, en mucho tiempo, fue que todos pudieran teletrabajar para siempre”, expresó durante un evento de la empresa Stripe. E incluso Zoom, una de las compañías símbolo del trabajo telemático, hizo que sus trabajadores volvieran a la presencialidad a mediados del año pasado. 

En Chile, el Presidente de la CPC, Ricardo Mewes, menciona los atributos que para él son indispensables en el trabajo presencial: “Una empresa pasa a ser un espacio social también. Es muy importante tener ese contacto entre los trabajadores, porque ahí uno puede saber cuando uno está enfermo, cuando tiene algún problema. Y sobre todo sirve para cuando quiere transmitir los valores y hacia dónde va la empresa”.

Para Lyonel Laulié, profesor asociado del Departamento de Administración de la Universidad Chile, la mayoría de las personas realizan correctamente sus actividades laborales durante el teletrabajo, pero hay excepciones críticas para el correcto funcionamiento de una empresa o institución.

“El problema ocurre cuando tú tienes a personas que agarran el brazo cuando les dan la mano. Y muchas veces, se hace gestión por esas excepciones para evitar que estos aprovechadores lo hagan. Pero creo que es una mala práctica, tratar de hacer gestiones en base a la desconfianza. Pero eso también es súper cultural acá en Chile”, indica el experto.

Existen casos emblemáticos de estos “aprovechamientos” alrededor de Chile y el mundo; algunos inclusos viralizados en redes sociales. Empleadas haciéndose las uñas en medio de una importante reunión, trabajadores jugando PlayStation en horas laborales, e incluso representantes políticos tomando una ducha en medio de una sesión de la Convención Constitucional.

Al respecto Murilo Arruda, CEO y fundador de My DNA, empresa experta en RRHH, indica que: “El empresario no confía en que la persona va a trabajar desde su casa con la misma atención y entrega (…) Mucha gente fue probando que el empresario tenía razón, porque tú llamas a la persona y está en el mall, está en el dentista con el hijo. En el lugar que sea y no trabajando”.

Más allá de las eventuales irresponsabilidades que puedan existir trabajando sin la supervisión directa de un jefe, Lyonel Laulié hace hincapié en otros aspectos irremplazables que tiene la presencialidad laboral, principalmente las que tienen que ver con las relaciones interpersonales entre compañeros de trabajo.

“Todas esas cosas se vuelven más difíciles de hacer cuando estamos trabajando de manera remota (…) Hay puestos de trabajo donde la interacción con otras personas es crítica y el éxito de la organización depende de esas interacciones. Las mejores ideas surgen cuando estamos todos juntos, compartiendo un café, hablando sobre algún tema específico”, menciona Laulié.

Además, el experto agrega que los momentos presenciales son necesarios para que los líderes de las empresas puedan generar más confianza y control con sus equipos. “El tema es poder hacer una mejor mentoría. Yo, como líder, estoy tratando de ayudar a las personas a mi cargo a que vayan explorando mejor su potencial. (Y en el teletrabajo) eso se vuelve mucho más difícil de hacer, porque no observo cómo las personas están realmente haciendo su trabajo”, explica. 

¿Una inclinación al modelo hibrido?

El estudio “Balance 2023 y Expectativas 2024” de Laborum, en el que se encuestó a diversos expertos especializados en recursos humanos, buscó cuantificar la política de cada empresa respecto a la presencialidad y el teletrabajo. En él se reveló que el 50% de las compañías siguen en una modalidad presencial. Mientras tanto, el 38% comenzó a usar un sistema híbrido y solo el 12% mantenía a sus trabajadores en un sistema totalmente remoto. 

Nicolás Shea, fundador de Cumplo, G100 y Start-Up Chile, asegura que privilegia la implementación del formato híbrido. Según él, así se mantiene el valor de interactuar de manera presencial, y a la vez, el empleado puede disfrutar de la flexibilidad que otorga el teletrabajo.

“El ser humano necesita interactuar, socializar. Somos más creativos, nos estimulamos mutuamente. No estamos todo el día en fase creativa. Y de repente, hay mucha pega que uno necesita hacerla y da lo mismo donde uno esté. Entonces, creo que lo importante es tener los objetivos claros y tener a la gente motivada”, explica Shea. 

Estephanie Torres, quien teletrabaja solo dos días a la semana, no cree que sea necesario ir a la oficina. Para ella, su trabajo, que consiste en apoyar a ejecutivos y revisar documentos durante el día. Explica, que no vale el agotamiento mental que le genera ir de manera presencial. Cuenta que desde que empezó a ir a la oficina, comenzó a tomar pastillas para dormir. 

Diego Tala, director comercial de Laborum, indica que hoy los trabajadores buscan principalmente compatibilizar la vida profesional con la laboral. Según él, el salario o el trabajo que desarrollen, independientemente si es híbrido o presencial, no aseguran el bienestar del empleado.

Para Tala: “Una manera híbrida 100% va a predominar sobre la presencial, porque ya estamos en un trabajo que me permite cortar a las cinco de la tarde y estar con mi familia. Y no demorarme una hora cuando cierro y llego a mi casa”, dice. 

De hecho, ese es el caso de Francisca Melo (32), quien está con teletrabajo la mayoría del mes. De vez en cuando tiene que ir a la oficina para asistir a ciertas reuniones. “Al final fue el doble de tiempo para mí. Por ejemplo, ese día perdí dos horas de trabajo por los trayectos (…) Cuando estoy en teletrabajo, cierro mi computador y me olvido. Mi tiempo de trabajo queda ahí y descanso. Pero, por ejemplo, las veces que me ha tocado ir a una reunión, siento que el trayecto es seguir en el trabajo. Son como horas extras de trabajo”. 

Por lo mismo, Melo no está interesada en desarrollarse en una empresa que no implemente una modalidad telemática totalmente. “Yo, cuando estuve postulando, solo consideraba posiciones que fueran teletrabajo. Cuando veía una presencial, la pasaba por alto. Ahora, por ejemplo, estoy ayudando a una amiga a trabajar. Y si hay algo como híbrido o presencial, ella no se toma la molestia de postular tampoco”. 

El empresario Juan Sutil, coincide con los expertos sobre las ventajas del modelo híbrido, aunque entrega otro dato importante: asegura que los trabajadores de algunas de sus empresas empezaron a presionar para tener una presencia más física en las oficinas.

“La gente, lo que prefiere, es tener una presencia física, una interacción, y no estar permanentemente en sus casas. O sea, nosotros, lo que he hemos hecho es proponer o pactar sistemas, y finalmente la gente opta por una presencia más física que remota. Y en varios niveles, no solo administrativos, sino también directivos”, cuenta Sutil, quien agrega:

“Creo que el teletrabajo puro, duro y obligado, estaba ya que no había otra opción porque estábamos en pandemia, pero tampoco era un régimen deseado por las personas. Porque, a veces, no tienen las condiciones adecuadas para estar permanentemente teletrabajando en la casa, entonces hay muchas personas prefieren ir dos veces dos días a la semana en la oficina o tres días a la semana”, apunta Sutil.

Entre el teletrabajo y la presencialidad, ¿cuál es el más productivo?

De acuerdo con Lyonel Laulié la mayor productividad que se da entre el teletrabajo y la presencialidad depende de qué tareas tenga que realizar el equipo de trabajo.

“Si tengo que entregar productos claros, tener tiempo de concentración, que nadie me interrumpa y donde no esté estresado, eso lo facilita el teletrabajo, donde no tengo que estar interactuando con otros al lado mío todo el tiempo.  El tema es que, yo diría, muchos trabajos no tienen esa naturaleza”, explica.

Además, el académico agrega que la falta de presencialidad puede afectar la respuesta de los trabajadores ante una situación urgente, lo que disminuiría la productividad. “Yo necesito estar apagando incendios, y eso lo hago con otros equipos. Necesito estar interactuando, porque así creo ideas nuevas, soluciones nuevas”.

Sutil también coincide con Lauilé, pues también opina que depende de la actividad de la empresa. Sin embargo, hace hincapié en que en el teletrabajo, las personas respetan más los horarios y no tienen que viajar a la oficina. “Yo diría que, en general, la modalidad híbrida probablemente es la que se va a quedar como la más eficiente o más productiva”, señala el empresario

Movistar Chile, por ejemplo, es una de las empresas que implementó el modelo híbrido en el país. Específicamente, el grueso de sus trabajadores asisten de manera presencial dos días a la semana, mientras que los tres días restantes trabajan de forma remota. “Este formato es transversal y el nivel de presencialidad también depende del rol del trabajador, los objetivos de equipo y la naturaleza de la función”, indica Ana Karina Ulloa, Directora de Personas en Movistar Chile. 

Para Lyonel Laulié, las compañías del país aún están en un proceso de aprendizaje entre el trabajo remoto y la presencialidad. “Creo que hay muchas organizaciones, hoy día, que se están moviendo más al medio. Están tratando de hacer un balance entre aumentar la productividad vía el teletrabajo, pero también cuidando algunas tareas que son críticas para hacer una mejor organización”.

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