Cuando se odia lo que estudiaste: la ascendente realidad de cambiarse de profesión después de los 30 años

Nicolas Downey tiene 31 años y vive en Ñuñoa. Cuando salió del colegio -y como todos sus compañeros- dio la PSU. En ese momento no tenía idea que estudiar, pero la proyección de sus próximos años indicaba que tenía que decantar por alguna carrera y elegir una universidad, luego habría tiempo para cuestionamientos sobre el éxito de la decisión.

Es así como, en el año 2012, entró al programa de bachillerato en la Universidad Diego Portales. Esto le permitió ganar tiempo para tomar una decisión que -en su cabeza- marcara los próximos 40 años de su vida. Luego de los dos semestres del programa, decidió Sociología, una de las carreras con menor tasa de empleabilidad -un 53%- en el primer año según datos del portal Mifuturo.cl, de la subsecretaría de Educación Superior.

Ya titulado, y con prácticas de por medio, encontró un trabajo en una consultora, ejerciendo exactamente lo que había estudiado. A simple vista, un logro dentro del complejo campo laboral de su carrera. Para complementar este puesto se inscribió en el magíster de Políticas Públicas de la Universidad de Chile.

“Después de tantos años en la universidad, haciendo prácticas y buscando trabajo, por fin había una estabilidad laboral que en la teoría me tenía que hacer sentir completo en el ámbito laboral. Sin embargo, una vez que estuve sentado en el escritorio de la consultora sentí que simplemente eso no era para mí”, comenta a The Clinic.

Tras no sentirse a gusto con su trabajo decidió abandonar el camino de la sociología y volcarse a algo que realmente le gustaba: la gastronomía. Durante sus primeros años de universidad acumuló experiencia en cocina y barras de diferentes restaurantes de la capital. Además, realizó un curso de barman. Hoy es administrador de un reconocido restaurante de Barrio Italia. “Este es el trabajo que realmente necesitaba para sentirme vivo, me demoré casi 10 años en tomar esta decisión, pero lo importante no fue el tiempo, fue la tranquilidad de sentirme en un lugar que me gusta”, dice.

Crisis y respuesta al cambio de carrera

Al igual que sucedió con Nicolás, el sentimiento de búsqueda es algo común en los trabajadores chilenos. Según datos del estudio Chile3D de la consultora NIQ-GfK, sólo un 33% de los trabajadores chilenos se muestra satisfecho respecto al trabajo que desempeña. En esa línea, un 35% de las personas tiene como plan conseguir o cambiar de trabajo durante este año. En definitiva, desde 2014 todos los indices de satisfacción de los trabajadores han bajado al menos 25 puntos porcentuales.

Ante esto, muchos han pensado en replantearse el trabajo que realizan, sin embargo, saltan algunas alertas o dudas que se repiten tales como: ¿Estoy muy viejo para cambiar de rubro? ¿Es buena idea comenzar a estudiar una nueva carrera? ¿Quizás es el entorno lo que me desmotiva y no mi rubro? Un sinfín de cuestionamientos que pueden aparecer cuando se toman estas decisiones.

María José Rodríguez, psicóloga del trabajo y las organizaciones y académica de la Universidad de Santiago, recomienda hacer una profunda reflexión antes de tomar una decisión radical. Primero, hay que visualizar como queremos estar en cinco años. Luego, es importante ver si estamos dispuestos a lo que implica el desarrollo de un cambio. Además, la doctora, agrega, que es importante tener la capacidad de ver cuáles son las habilidades que tenemos. Esto sin dejar de lado el factor económico, tanto el actual como la posible remuneración al cambiar de carrera.

“Esta tendencia por la reconversión es parte de la búsqueda de realización personal y cada vez es mas frecuento incluso sobre los 40 años. Muchas personas lo hacen para obtener mejores oportunidades laborales por lo tanto es una inversión importante”, asegura la doctora en psicología.

En esa línea, Carla Pérez, psicóloga laboral, también esta de acuerdo en que no hay edad para la búsqueda. Sin embargo, advierte que es importante profesionalizar el cambio a través de estudios, cursos, programas, etc.

“La adecuación a este nuevo campo laboral es fundamental; debo revisar cuánto mi experiencia laboral se adapta a este nuevo entorno. En este sentido, es muy importante formarse. Puede ser a través de una carrera corta. La pretensión de renta de la persona y la renta del sector al que quiero cambiarme pueden ser muy diferentes, lo cual puede generar frustración”, recomienda.

Buscando la motivación

Antes de poder tomar una decisión y ver una salida pragmática como las remuneraciones, es importante conectar con la motivación. Para eso, dicen los expertos, un asesoramiento profesional resulta clave para dar con la respuesta.

“Yo recomiendo ir al psicólogo”, dice Pérez, quien se dedica a asesorar personas que busca cambiar de rumbo profesional. “Al menos una vez en la vida descubrir cual es mi motivación puede ser fundamental, en ese caso, creo que la preferencia debería ser asesorarme por personas que están fuera de mi circulo”, asegura la profesional.

Por su parte, la profesora Rodríguez, dice que “depende de qué tipo de consejos” cada uno esté buscando. La académica comparte la idea de conversar con persona que hayan logrado una reconversión al rubro de interés y sirva como inspiración. “Nos manejamos con las profesiones desde un representación estereotipada, la idea es profundizar”

La doctora agrega la importancia de conversar con la familia directa. “Es fundamental planificar cómo se podría facilitar este proceso de reconversión, ya que la idea es no generar ningún tipo de dificultad en el desarrollo de los vínculos familiares y evitar otro tipo de estrés, como el económico”, cierra la académica.