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Opinión

2 de Junio de 2024

Perfil a Daniel Jadue: Daniel, el antigabriel. Por Kike Mujica

Foto: Felipe Figueroa

Esta semana fue la formalización de Daniel Jadue y el próximo lunes se resolverán sus medidas cautelares. El Partido Comunista ha mostrado apoyo, pero esto puede traer consecuencias. Kike Mujica, columnista de The Clinic, escribe un perfil sobre el alcalde de Recoleta. "Este apoyo a toda prueba ata al partido a él, pero no necesariamente a él al partido. Jadue es el cuadro más descuadrado de un partido que se obliga a funcionar como un bloque monolítico y que evita evitar su intimidad partidaria. Bueno, todo eso antes de Daniel, militante de él mismo", escribe. Y añade: "Otra vez el Presidente y su gobierno se ven horquillados por el estilo Jadue".

Por Kike Mujica

Daniel Jadue es militante de la fisión. Divide, cría enemigos y los cultiva con obsesión y encomio: los medios de comunicación, los poderosos, el ministerio público, la derecha, Gabriel Boric, el general Baquedano, el Frente Amplio, las inmobiliarias, Israel, el poder judicial, los periodistas, el Consejo de Defensa del Estado, el imperialismo yanqui y quien se le cruce por enfrente, por el lado y por abajo.

En los mentideros de la izquierda hoy se discute en privado – “con él no me meto. Es muy agresivo. Prefiero guardarme lo que pienso”, me dice un militante del PS- cuán costosa para el PC será la fervorosa adhesión por el alcalde. Y también las razones que tuvo Lautaro Carmona para poner por Jadue no solo las manos, sino el cuerpo entero al fuego. El PC ya falló: Jadue es inocente.

“Daniel” -así le dicen en el PC- logró lo que ni el rescate de las isapres ni la negación del “perro mata pacos” pudieron: que Carmona se sacara la camisa de fuerza de moderación que implica ser el presidente de un partido gobernante. Es inédito que un poder que tiene residencia en La Moneda siembre dudas sobre el Ministerio Público. Si buena parte del PC cree que aquí hay “persecución política” y “guerra jurídica”, quiere decir que dudan de la idoneidad de Ángel Valencia, fiscal que fue nombrado nada más y nada menos que por… Gabriel Boric. 

La barra brava

Camila Vallejo fue clara: “Nuestro llamado a los parlamentarios de la bancada del PC, es que hay que defender la institucionalidad… Porque a veces nos puede no gustar porque involucra gente a la cual confiamos, en la cual creemos, pero también hay otras oportunidades donde la institucionalidad tiene que perseguir delitos que sí queremos que persigan”.

Dicen en la izquierda que las palabras de Vallejo hay que mirarlas con lupa: fue particularmente entusiasta, dicen.

En La Moneda casi no hubo disenso: el acto que motivó Jadue fue un soberano despropósito. “Tellier no hubiese organizado la manifestación en el Centro de Justicia. Ahí se equivocó Lautaro”, dice un senador oficialista. El subsecretario Manuel Monsalve fue duro: habló de barras bravas. Carmona renunció, inéditamente, a su lenguaje alambicado y jabonoso cuando se trata de abordar los conflictos con el gobierno: “Nunca he sido barra, actúo como político. Podría haber sido acusado de barra todas las veces que me movilicé frente al poder judicial”.

“Jadue no es el PC. Es más: el mesianismo político es contrario a la visión colectiva de trabajo del PC”, me dice un ministro. Un diputado socialista señala que el estilo Jadue no se condice con el de los parlamentarios comunistas con los cuales “tenemos muy buena relación”.

La Moneda no se moverá un ápice de su plan: “El Gobierno tiene la responsabilidad de defender la institucionalidad y recalcar que las responsabilidades penales son personales. Se juzgan hechos no conductas políticas”, me señalan.

Jaduistas y no jaduistas

Tres fuentes consultadas del mundo oficialista dicen que Jadue desde hace tiempo divide al PC, lo que, sostienen, se agudizará con el episodio formalización

Hasta ahora los camaradas que miran con distancia al alcalde se muerden la lengua. “Los que no firmaron la carta de apoyo no comparten la adhesión a rajatabla del partido. Pero nunca lo dirán en público”, dice un senador oficialista.

El apoyo férreo aúna públicamente a los camaradas, pero los divide en privado. “En la izquierda socialista se comenta la tesis de que la desenfrenada defensa de Carmona le suma los votos duros y viejos del partido, que son jaduistas”, dice un senador oficialista. “Dicho esto: también puede perjudicarlo, sobre todo si Jadue es declarado culpable”, agrega. Ese es el fantasma: un partido de gobierno que defiende a brazo partido a un sentenciado por la justicia.

Jadue desató un huracán en medio de la tormenta interna del partido. Y revivió la eterna tensión que existe entre los comunistas que habitan la institucionalidad y los que prefieren seguir en modo activista.

Foto: Felipe Figueroa

Jadue vs Boric

Se evitan. Hay cero onda entre ellos”, me dice alguien que conoce la dinámica entre el Presidente y el alcalde. Jadue, dicen, traspasó todos los límites cuando insinuó que la persecución política de la fiscalía tenía epicentro: La Moneda. O sea, el Presidente. Se podría decir que, en ese momento, citando la novísima doctrina Diego Ibáñez, el edil se matriculó en el “antigabrielismo”.

“¿Podrá haber un intento de mantenerme inhabilitado la mayor cantidad de tiempo, de hacerme tanto daño como para que no podamos levantar, por ejemplo, una nueva candidatura? Uno podría decir, ¿quién podría estar interesado? ¿La derecha? Bien, pero también podría haber otros interesados, incluso dentro del conglomerado”, dijo cuando se supo que sería formalizado.

Hace tres años, en mayo del 2021, la encuesta Cadem daba cuenta que en la carrera presidencial el primer lugar de las preferencias lo tenía Daniel Jadue con el 20% de las preferencias. Lo secundaban Joaquín Lavín (16%), Yasna Provoste (13%); y Sebastián Sichel (11%). 

Boric no figuraba en la pole position. Hasta que El FA decidió levantar su candidatura casi por descarte, testimonial. El elegido del hoy mandatario era Fernando Atria. Pero no resultó, así que él tomó la posta.

Jadue parecía inalcanzable. Pero no.

Domingo 18 de julio 2021.

Gabriel Boric: 1.058.027

Daniel Jadue: 692.862.

Paliza.

Jadue queda en shock. Y si ya había sido duro en las primarias con Boric, intensifica sus críticas durante el actual mandato. Jadue duda de las credenciales de izquierda radical del Presidente y cree que terminará en el barrio de la centro izquierda. O sea, un amarillo al fin y al cabo.

¿Hasta cuándo en el PC?

Hijo de padre pinochetista que abandonó el hogar cuando Jadue tenía 3 años, el alcalde no rehúye las situaciones extremas. A los 12 años entró a una organización de estudiantes secundarios palestinos, donde fue presidente. Fue aprendiz de sacerdote como seminarista en Schoenstatt, pero se aburrió. Luego, en la universidad, militó en el Frente Popular para la Liberación Palestina (FPLP), pero no le gustó el acuerdo de Oslo. De ahí decidió enfilar rumbo al PC, donde agitó aguas, casi siempre en la disidencia -disidencia al estilo comunista por cierto-, casi siempre en posiciones más radicales que las de la dirección del partido.

Desde el 2001, tuvo cuatro experiencias electorales frustradas, hasta que lo logró. La derecha dividida le regaló el poder el 2012: Gonzalo Cordero y Sol Letelier sumaron 27 mil votos; Jadue, 20.300. 

Su performance electoral fue in crescendo: en las elecciones del 2016 obtuvo 22.528 votos (56,16%) y en 2021 llegó a 35.237 (64,08%). La primaria presidencial interrumpió su racha ganadora y los límites de la reelección le impidieron ir nuevamente por Recoleta.

¿Cuál es su futuro político? Antes de la formalización no descartaba ir otra vez por la presidencial, dicen en la izquierda. También se habló de una opción senatorial. El exfiscal Carlos Gajardo cree que el proceso judicial durará por lo menos año y medio. Todo en transcurso de las distintas campañas electorales del 2024. Quienes lo conocen dicen que es duro de matar e incombustible. Otros argumentan que formalizado desaparecen sus opciones.

¿Cuánto rato le queda a Jadue en el PC?, es la primera pregunta que se hacen en la izquierda. La segunda es, si hay divorcio, es quién dejará a quien. Este apoyo a toda prueba ata al partido a él, pero no necesariamente a él al partido. Jadue es el cuadro más descuadrado de un partido que se obliga a funcionar como un bloque monolítico y que evita evitar su intimidad partidaria. Bueno, todo eso antes de Daniel, militante de él mismo.

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