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Entrevistas

9 de Junio de 2024

Joseph Ramos y el manejo económico de La Moneda: “Esto claramente es de alguien que aprendió la lección del gobierno de Allende”

Fotos: Felipe Figueroa

El economista y profesor de la Universidad de Chile reconoce un cambio de postura del presidente Boric y su gabinete en cuanto a la relevancia del crecimiento económico, aunque mantiene sus dudas. "Va en la dirección correcta. El tema al fondo es si eso va a permanecer en el ADN del Frente Amplio o si al pasar a ser oposición volverán a la tendencia que tenían antes", sostiene. De los anuncios y avances del Ejecutivo, valora la reforma para reducir el tiempo de tramitación de los permisos sectoriales, y ve con buenos ojos el pacto fiscal. No así la reforma de pensiones, a la que ve falencias, y reitera entre sus cuestionamientos: "No se ha hablado de cuál es la tasa de reemplazo que vamos a tener con el proyecto".

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A sus 84 años, y con décadas de experiencia en el mundo académico y en organizaciones internacionales, el economista Joseph Ramos se ha consolidado como una de las voces más respetadas del país para hablar de contingencia económica. Aunque en los últimos años ha sorprendido con dos publicaciones de libros relacionados a la religión: “Creer o no creer: el misterio de Dios a la luz de la razón” (2022), y “Jesús” (2023).

Mira de cerca el trabajo del Gobierno, en particular del ministro de Economía, Nicolás Grau, quien fue su ayudante en la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, escuela en la que hasta el día de hoy es profesor. Incluso, afirma haberle advertido al secretario de Estado que pusiera énfasis en su gestión en avanzar en la reforma a la permisología, para que sea recordado.

De todas formas, aclara que no votó ni por Gabriel Boric ni por José Antonio Kast. “Escribí Máximo Pacheco en la primera vuelta, de lo mejor de la Concentración, y en segunda vuelta escribí Óscar Landerretche para una socialdemocracia renovada”, afirma Joseph Ramos entre risas. Desde esa posición, evalúa el manejo de la agenda económica por parte del presidente Boric y su gobierno.

Como defensor del legado económico de la Concertación, valora la figura de Mario Marcel. Pero es crítico del discurso con el que llegó el Frente Amplio a La Moneda, y si bien ve cambios, cuestiona si son reales o temporales. Sus proyecciones económicas coinciden con las estimaciones de La Moneda, y afirma que ve normalización.

–¿Con qué sensaciones queda después de la cuenta pública del presidente Boric? Habló mucho sobre la agenda económica y reiteró la relevancia del crecimiento.

–Me pareció que las propuestas, llamemos “valóricas”, si bien tocan su ADN, creo que son más bien para decir que cumplió. Obviamente, no creo que se vayan a aprobar. En lo económico, comparto la visión algo positiva que está tratando de dar el gobierno, que efectivamente lo peor ha pasado. La inflación -que en su momento llegó al 14%, y en este momento está en torno a 4%-, claramente está en descenso. La economía ha empezado a recuperarse. El gobierno ha subido sus pronósticos a 2,7%, lo cual no es una gran maravilla, pero va en la dirección correcta. Y hay quienes avizoran que el año que viene puede ser mejor.

En ese sentido, concuerdo con esa visión que está dando el gobierno. Ahora, es responsable de la alta inflación por los retiros que promovió. En su programa de gobierno asustó innecesariamente al sector privado y ahora ha ido cambiando de postura. No sé cuánto por necesidad política, cuánto por aprendizaje, cuánto en el ADN. Pero, efectivamente, está yendo en la dirección correcta. 

–¿Qué destaca dentro de los anuncios y lo que han hecho en el último tiempo?

–El énfasis en la permisología es muy correcto. Es un tema nacional que ha ido empeorando, porque cada vez más se agregan regulaciones sin quitar las anteriores. Y eso tiene que detenerse, controlarse, mirando a los países que lo han hecho mejor.

Hay muchas cosas que se pueden hacer, creo que el proyecto contempla muchos de ellos con los plazos que da y cosas por el estilo. Si se logra eso, va a ser importante. Un logro para el gobierno por el país, pero sus frutos, en el fondo, van a beneficiar a los gobiernos que vienen. Considero que su énfasis, su mayor énfasis en crecimiento, cosa que no era el caso cuando asumió, es un cambio real y positivo. 

–Si se logra promover un proyecto que sea aprobado y que sea eficiente, ¿podría ser parte del legado del gobierno?

Sin lugar a dudas. En el tema económico sería un gran legado. No sólo un legado, un gran legado. El ministro de Economía de Lagos trató y no pudo. Andrés Velasco trató y no pudo. Juan Andrés Fontaine trató y no pudo. Los tres nos dijeron que la permisología le había doblado la mano y la situación desde entonces ha ido empeorando cada vez más. Es una necesidad, y si el gobierno lo logra va a ser un gran logro.

Joseph Ramos y fin al CAE: “Si se van a gastar recursos, no hay que tratar de hacerlo en beneficio del 25% más alto de ingresos”

–En cuanto al discurso que ha tenido el gobierno sobre la agenda económica, han utilizado frecuentemente el término “normalización”. ¿Ve que efectivamente hay una normalización? 

-Sí. Sin lugar a dudas. El ciclo anterior de alta inflación y por consiguiente frenando la economía, está en pausa. El Banco Central está bajando las tasas de interés y se ha notado en el repunte que ha tenido la economía en estos meses y que todos vislumbran. Todas las proyecciones que he visto para este año se han ido extendiendo, es decir, aumentando levemente, pero aumentando positivamente. Y a eso se agregan buenas noticias del exterior, el alto precio del cobre que avanza y el acuerdo de SQM con Codelco es bueno para el fisco, para el país. Eso también creo que es una señal positiva. 

–Dentro de los anuncios se abordó el proyecto de reforma al impuesto a la renta.

–El impuesto a la renta es complicado, porque las necesidades sociales del país son montones. Obviamente uno no las puede atender todas, en la medida que un país progresa, va aumentando la atención a esas necesidades sociales. Entonces la carga tributaria, a mi modo de ver, va necesariamente a aumentar en proporción al PIB (…). El país, espero que haya progresado, y al progresar uno empieza a dar más atención a esas necesidades sociales. Ahora, no hablaría del impuesto hasta que hable de qué se quiere hacer con el impuesto. 

–Dice que para financiar el gasto público. 

–Pero eso es como un poquito demasiado amplio. 

–Y “cumplir con las expectativas de la ciudadanía”. 

-Para que vaya a algo que se ha estado hablando, la condonación de la deuda estudiantil CAE sería una mala manera de gastar los recursos. O sea, si van a gastar recursos, hay que tratar de hacerlo en beneficio, no del 25% más alto de ingresos, que son los profesionales del país, sino a los más modestos. Si van a condonar alguna deuda, condonaría la deuda hipotecaria de la gente modesta, no de los profesionales de Chile. El impuesto a la renta es una manera de financiar, pero uno tiene que saber qué concretamente. Como si me dices que es para reducir las listas de espera, con medidas concretas para hacerlo, por ejemplo. 

“(El cambio de discurso del gobierno) Va en la dirección correcta. El tema al fondo es si eso va a permanecer en el ADN del Frente Amplio”

–El presidente volvió a resaltar la relevancia del Pacto Fiscal. ¿Le ve futuro a este proyecto? 

-Sí. Este proyecto, en lo tributario, contempla principalmente medidas contra la evasión. Hay algunas medidas contra la evasión que restringen el secreto bancario y eso despierta alguna objeción, tanto de los que no quieren que se revelen sus secretos, como la banca misma y cosas así. 

Espero que este proyecto salga. En general, todo lo que significa reducir evasión y elusión es bien visto. Aunque, políticamente, está la tentación de siempre ir mejorando las cosas y en tu intento de mejorarlo no se logra nada. Y, como está la tentación de la oposición a no ceder en nada. Pero espero que no, en este caso yo creo que se va a salir. 

–Hoy en día el impuesto a las empresas está en 27%. Se propone bajarlo a 25%, y algunos expertos dicen que hay que reducirlo aún más para igualar a los países de la OCDE. 

–Sí, en eso tienen razón. El problema cuando se bajan impuestos es que también se tiene que ver qué gasto se recorta, o con qué otro impuesto se reemplaza. Solo decir que lo vas a reducir es muy populista. Decir que el país va a crecer tanto más, que vamos a tener las mismas recaudaciones, es mentira. Sí creo que el impuesto corporativo debería tender a bajarse, pero tenemos que compatibilizar eso, o con gastos que uno concuerda que se pueden cortar, o con otros impuestos que se puedan subir. Para tomar algo que nadie se atreve a decir, o pocos se atreven a decir, creo que los impuestos a la renta, de las rentas bajas, son bajos. Una persona que gana un millón de pesos al mes paga un impuesto a la renta de menos de 10.000. O sea, un 1%. Es muy bajo, en mi opinión.

–¿Este cambio de discurso del presidente sobre la agenda económica va en línea correcta con la posibilidad de retomar los niveles de crecimiento económico que se tenían, por lo menos previo a la pandemia? 

–Es un cambio correcto. ¿Cuánto quedará en el ADN? No sé. Yo solía decir sobre el programa de gobierno que lo consideraba una política de fantasía. Decía, si son elegidos, el país va a vacunarse contra futuras políticas de fantasía. Porque se van a dar cuenta que se estaban ofreciendo cosas utópicas, y descuidando cómo se logran las cosas. Están pagando el precio de haber ahuyentado al sector privado con esas políticas, o esos discursos. Y no se recupera tan fácilmente, es difícil recuperar la credibilidad. Entonces, no bastan los discursos. Es bueno que lo hagan, pero se va a tener que ver los hechos. 

Va en la dirección correcta. El tema al fondo es si eso va a permanecer en el ADN del Frente Amplio o si al pasar a ser oposición vuelven a la tendencia que tenían antes. 

–¿Qué balance puede hacer del manejo que tenía el gobierno de la agenda económica? 

–Cuando el presidente Boric, electo pero no asumido, nombró a Mario Marcel, el ministro dio una entrevista en El Mercurio. Ahí dijo que le preguntó al presidente electo “¿por qué a mí?”. Yo mismo me preguntaba eso, porque Marcel es la personificación de la concertación en su mejor forma. Y según Marcel, el presidente le dijo que “yo quiero asegurar que las cuentas fiscales estén bien”. A mí me sorprendió eso. Esto, claramente, es de alguien que aprendió la lección del gobierno de Allende, donde uno de sus tantos problemas fue que el fisco simplemente se gastó. Todo esto en el balance positivo. Marcel ha tratado de mantener eso en orden lo mejor que pueda hacer. 

Y la mejor manifestación de eso no son los números, sino que el gobierno podría condonar el CAE y endeudarse. Para eso, no necesita una ley. El gobierno puede hacer lo que le dé la gana en gastar plata y simplemente endeudarse, porque el país tiene la capacidad de endeudamiento. Es el futuro el que paga. Ese sería un acto irresponsable. Y el presidente Boric fue responsable con el nombramiento de Marcel y ha sido responsable en el sentido que no he escuchado de ningún ministro, ciertamente no del presidente, ni casi de ningún diputado oficialista decir, “endeudémonos y hagamos las cosas”. Eso habla bien, no solo de que Marcel es el que está ahí, sino que esa idea de que con el gasto fiscal uno tiene que ser prudente. Eso sí entró al ADN del gobierno desde un principio.

–¿Se puede volver en un corto plazo a las cifras de crecimiento en torno al 4%? 

–Hay gente, que no es oficialista, que ya está pronosticando eso. Y hay cosas que se pueden hacer para lograrlo. No soy catastrofista en eso. El problema fundamental de este país en lo económico ha sido que desde el 2010, 2005, la productividad, que es lo que finalmente da progreso, ha estado aumentando en torno al 0,5 % al año, algo así. Lo cual es pésimo. 

Joseph Ramos sobre reforma previsional: “No se ha hablado de cuál es la tasa de reemplazo que vamos a tener con el proyecto”

–¿Cómo ve el futuro de la reforma de pensiones?

–Se necesita una reforma de pensiones. Las pensiones, si bien con la PGU mejoraron dramáticamente, aún es insuficiente. Tengo objeciones al proyecto de gobierno, así como al proyecto de Bachelet, y al de Piñera. Creo que todos eran insuficientes. No se ha hablado de cuál es la tasa de reemplazo que vamos a tener con el proyecto. Del oficialismo hay escritos, pero en la discusión pública no. De la oposición, tampoco. ¿Cuánto es la tasa de reemplazo que queremos? 

Segundo, ¿la queremos sólo para los actuales o para los que están incorporándose al mercado de trabajo? Debo de suponer que la idea es que las tasas de reemplazo sean más o menos pareja, independiente que si estás hoy recibiendo, no es subir las pensiones de los que hoy están y se jodan los que vienen para adelante. 

–¿Y del proyecto?

El problema con la propuesta, ni he hablado si es 3-3, 6-1, 0-6. El pozo es un pozo. Y el pozo es muy chico. Ese es el problema fundamental. El pozo es muy chico, se necesita aumentar el pozo. Ciertamente, si las pensiones futuras, su reemplazo, van a ser menores a las presentes, no me parece razonable tomar plata de los futuros para dárselo a los presentes. Si hay algún presente que uno quiere mejorar, por ejemplo, mujeres o algún grupo, porque yo estaba hablando de los promedios. Si hay algún grupo, lo puedes hacer con un PGU diferenciado. PGU mayor para esa persona, o algo así. En lugar de 250 para todos, bueno, 250 para algunos y cosas por el estilo. Pero el problema fundamental no se está hablando de cuánto es la tasa de reemplazo que se quiere.

–¿Se debe continuar debatiendo respecto a la reforma que ya está hoy en el congreso? ¿O debería haber una posibilidad de partir de cero?

–Ojalá no se tenga que partir de cero. Pero, primera modificación, tenemos que hacer que las de futuro sean iguales a las presentes. Tenemos que subir la cotización y/o extender la esperanza de vida, o sea, la edad de jubilación con la esperanza de vida. Elemental. Y/o indizar la PGU, no a IPC, como está el proyecto, sino al salario real, pero es un costo fiscal grande. Y/o medidas específicas para reducir la informalidad. Esas cuatro cosas, esas son las cuatro áreas que puedes trabajar. Y creo que no están en el proyecto. Tampoco están mencionados por la oposición. Toda la discusión, casi toda la discusión ha estado centrada en si es 3-3, 0-6, 0-1, 5-1, 5-2. Y la pregunta es, ¿y es suficiente? Aunque fuera todo a cuentas particulares, ¿es suficiente? Aunque fuera todo a seguro social, ¿es suficiente? El pozo es insuficiente. 

–Entonces, ¿ve alguna viabilidad en el proyecto que hoy en día está en discusión?

–Mira, yo creo que va a salir. Espero que salga algo, porque no podemos seguir debatiendo. Las futuras van a ser menores que las actuales, pero queremos mejorarlas. Se necesita elevar la cotización, que duda cae. Yo creo que es insuficiente. Es cierto, tú no puedes aumentar la cotización mañana en 6 puntos. Tienes que proyectar al tiempo y si queremos subirla a 19, bueno, tenemos que ser de aquí en 15 años se sube ahí, pero tiene que ir en esa dirección. No veo por qué no puede ser posible eso.

La esperanza es extender la edad de jubilar. Bien impopular. Macron lo hizo en Francia, pero lo hizo sin anestesia. Aquí lo estamos haciendo mejorando la PGU, mejorando las pensiones, entonces el público va a escuchar que junto a esta buena noticia viene esto otro. Obviamente lo hace gradualmente, pero tienes que poner ese tipo de política.

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