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11 de Junio de 2024

La diferencia entre “ser intenso” y “ser obsesivo” en una relación sentimental: la demanda de atención y las conductas al límite de lo legal

Tras el caso Miau Astral, el psicólogo especialista en violencia de género, Salvador Bello, analiza los límites entre una relación apasionada y una tóxica. Sobre las obsesiones el experto señala: "Es un pensamiento intrusivo que se vuelve insoportable, entonces, estoy buscando constantemente la confirmación por parte del otro de que no me va a abandonar".

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Miau Astral afirmó que Sergio Infante le dijo que la amaba para después, incurrir en lo que se conoce como ghosting. “Él empezó a aparecer y a desaparecer. Me hizo algo que se llama ‘tratamiento de silencio‘ en el mundo de las relaciones. Me dejó bloqueada una semana entera, para al final de la semana aparecer y hablarme”, comentó en la entrevista.

A raíz del caso, surge la pregunta sobre si las conductas que ambos lados han expuesto que tuvieron dentro del vínculo que compartieron durante ese tiempo tuvieron el carácter de “intensas” u “obsesivas”.

Ambos conceptos son diferentes y el punto más importante, radica en la violencia. Sergio Bello, psicólogo clínico de la Universidad de Chile experto en violencia de género, explica que “la actitud ‘intensa’ puede ser interpretada como una actitud de demanda constante al otro. Si esta demanda de afecto es constante y además, se le hace imposible de cumplir a la otra parte de la pareja, puede convertirse en algo angustiante”.

Luego, la “obsesión” constituye una conducta patológica descrita en el último Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales -DSM V- de la American Psychiatric Assosiation. Un documento que funciona como guía a nivel mundial para el diagnóstico de distintos tipos de patologías en salud mental.

Detectar la conducta obsesiva

En el manual, el Trastorno Obsesivo Compulsivo significa “pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan, en algún momento durante la alteración, como intrusivos, no deseados y que en la mayoría de los individuos, causan marcada ansiedad o angustia”.

Consuelo Ulloa comentó en la entrevista que Infante “agregaba a las redes sociales a mis amigos para saber qué me pasaba, para saber cómo yo estaba. Me escribía, me echaba la culpa a mí de todas las cosas. Que cómo yo no le aguantaba que él tuviera el manual de la responsabilidad afectiva al día”.

Estas conductas, según la definición del DSM V, podrían constituir una conducta compulsiva persistente para satisfacer la necesidad de, por ejemplo, saber de ella.

Si se observa obsesión en una relación de pareja, Salvador Bello explica que se puede notar “como una compulsión desesperada por calmar la angustia. Puede ser por ejemplo, cómo me puedo obsesionar con la mera idea de que alguien me pueda abandonar. Es un pensamiento intrusivo que se vuelve insoportable, entonces, estoy buscando constantemente la confirmación por parte del otro de que no me va a abandonar”, explica.

La versión de Infante analizada por Miau Astral

Por el lado de Infante, la denuncia que expuso hablaba de cómo Ulloa le hostigaba a través de correos electrónicos para que se concretara un contacto.

En la entrevista, Miau Astral asegura que su intento de conexión resultó después de que Infante hiciera apareceres y desapareceres que la desestabilizaron. “Sí, yo me enamoré de esta persona, porque claramente manifestó una preocupación genuina. Yo no creo que no se haya preocupado por lo que yo estaba viviendo. Se preocupó hasta de lo que yo estaba comiendo (…) Él muchas veces me acostó a dormir porque yo no estaba bien, estaba conmocionada”, dijo.

La obsesión, al volverse asedio, “puede llegar a ser violencia” según el especialista. Pero en Chile, no hay ley que tipifique esta patología como una causante del acoso o la violencia. Tampoco una ley de acoso cibernético.

Por eso, el recurso jurídico que puede presentarte es solo el recurso de alejamiento. Así, lo hizo Infante, a lo que Ulloa respondió ayer en la entrevista: “A nivel jurídico un recurso de protección no tiene pena de cárcel. Se ha dicho de mí que soy una psicópata. Para mí ha sido terrible (…) cómo se me ha tratado y las cosas que se han dicho, han sido traumáticas para mi persona”.

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