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Opinión

15 de Junio de 2024

Columna de ciudad de Rita Cox | Socavón en edificio Euromarina ll y el mal estado del edificio de Rotonda Atenas: francamente una vergüenza

Foto: AgenciaUno

El sistema frontal que enfrenta el país ha puesto a prueba varias construcciones, uno de los resultados más impresionantes que ha dejado fueron el del socavón del edificio Euromarina ll y el mal estado del edificio de integración social de Rotonda Atenas. El primero fue evacuado por sus residentes, ya que se aproximaba las lluvias del 14 de junio, y el segundo presenta "filtraciones, la presencia de hongos, y de paredes y techumbres descascaradas", escribe la columnista de The Clinic, Rita Cox. Y añade: "Aquí el gato por liebre es impresentable e inaceptable: la promesa de una nueva vida, con mejores posibilidades de acceso urbano para esas familias, aplastada por el arte de las cosas mal hechas".

Por Rita Cox F.

La semana que cerramos ha puesto a prueba la capacidad de asombro de la opinión pública frente a la porfía e indolencia de quienes toman decisiones a la hora de construir, y más relevante, la impotencia y desamparo de cientos de familias a las que se les ha negado un derecho fundamental: el derecho a un hogar; en palabras de la ONU, “el derecho de todas las personas, sin discriminación alguna, a un lugar seguro donde vivir en paz y con dignidad”. Familias de Reñaca que habitan departamentos de no menos de 500 millones de pesos. Familias de Las Condes que viven en el edificio de vivienda social integrada de Rotonda Atenas; departamentos de subsidio DS 19.

En Viña del Mar, 110 familias evacuaron el edificio Euromarina II antes de que comenzara el sistema frontal que se dejó caer desde la madrugada del jueves 13 de junio. El total de las familias que habitan de manera permanente en un edificio de uso residencial y vacacional con capacidad para trescientas. Salieron con lo puesto y algo más ante el peligro generado por el socavón que se abrió en medio de las dos torres del complejo, durante la madrugada del domingo 9 de junio, luego de que cayeran 68 milímetros de lluvia.

El colapso afectó también al edificio Eurovista, ladera abajo. Una avalancha de agua y arena irrumpió en los tres niveles de sus estacionamientos subterráneos, dejando a varios autos sepultados bajo el barro. Algunos moradores dejaron sus departamentos por precaución, horas antes del nuevo temporal. En ambos casos, a propietarios y arrendatarios no les quedó más remedio que confiar en las medidas de contención ejecutadas a última hora y a toda velocidad por el Serviu y Esval.

El miércoles, después de un nuevo Comité de Riesgo y Desastres (Cogrid), la delegada presidencial de Valparaíso, Sofía González, anunció que las viviendas de pescadores de Avenida Borgoño y otras cinco torres se sumaban a la recomendación de evacuar que ya se había sugerido al Eurovista II. En definitiva, se añadieron las tres torres restantes (1,2 y 5) y los edificios Euromarina I y Eurocochoa.

Cuento repetido a estas alturas, pero no menos impactante, el colector de aguas lluvias no resistió. Grave. Hace más de un año y medio que el comité de administración de Euromarina II venía advirtiendo al Serviu sobre el potencial colapso. “Hasta el día de hoy no tenemos respuesta y ocurrió esto”, dijo a El Mercurio Sergio Hoder, presidente de la Junta de Vecinos Altos de Cochoa, quien agregó que “es lamentable que la institucionalidad esté aprobando permisos de obras. ¿Dónde están las autoridades?, ¿dónde está la legislación vigente que no se cumple?”. 

En agosto de 2023, tras intensas precipitaciones y 65,5 mm, se produjo el primer socavón que dejó en riesgo al edificio Kandinsky. Sus moradores fueron evacuados. Se decretó la inhabitabilidad de los 19 pisos y 38 departamentos. Casi un mes después, tras 50,7 mm de lluvias, apareció un segundo socavón en Avenida Borgoño que terminó con el Kandinsky en medio de dos enormes agujeros y con el edificio Miramar y Santorini, contiguo, al borde de la nueva cavidad. Se repitió la escena de residentes evacuando y sacando sus cosas en carros de supermercados. 

Evacuación de edificio Euromarina ll. Foto: AgenciaUno.

En todos los casos, se trata de construcciones levantadas con sus permisos correspondientes en un campo dunar. Los peligros han sido advertidos durante años por especialistas y apuntan a las características específicas de la superficie en que se ha edificado, la progresiva densidad urbana, las lluvias intensas en un escenario de cambio climático, la obsolescencia de colectores por años de servicio y la incapacidad de otros de resistir los volúmenes de agua que antes era absorbida naturalmente por el terreno, hoy tapizado de cemento

Una de las voces sólidas al respecto es la de Carolina Martínez, investigadora principal de CIGIDEN, académica de Geografía UC y directora del Observatorio de la Costa, quien calificó lo sucedido en el Kandinsky como un “caso emblemático de los impactos que causa la urbanización extrema en la costa”. Esta semana, diez meses después, en entrevista con Radio Pauta, advirtió que el caso del edificio Euromarina II es “aún más complejo”.

Martínez, experta en gestión integrada de zonas costeras, publicó un estudio en la revista Ocean and Coastal Management junto al académico de la Universidad del Atlántico en Colombia, Nelson Rangel Buitrago. Allí profundizan sobre las causas del colapso del edificio Kandinsky y dan cuenta de la crisis que vive la zona de Viña del Mar a causa del vertiginoso crecimiento del turismo y la construcción.

“Algunas ciudades costeras de Chile, como Valparaíso, Viña del Mar y Concón, han experimentado un rápido crecimiento turístico, lo que ha llevado a un aumento de los hoteles, segundas residencias y asentamientos ilegales. Todas estas son presiones antropogénicas que están, en gran medida, concentradas a lo largo de la costa y contribuyen sustancialmente a su degradación”, explica Martínez. 

La investigadora, que empuja la Ley de Costas que descansa hace meses en el Congreso, enfatiza la urgencia de proteger el campo dunar e insiste en que casos como el edificio Kandisky, Miramar, Euromarina II y Eurovista seguirán sucediendo si no se implementa un marco legislativo para la Gestión Integrada de las Zonas Costeras en Chile y avanza la construcción indiscriminada.

La misma advertencia ha hecho el movimiento Duna Viva, que agrupa a la fundación Yarur Bascuñán y a la corporación pro-defensa del patrimonio histórico y cultural de Viña del Mar. En septiembre de 2023, el abogado de la entidad, Gabriel Muñoz, presentó a la Contraloría General de la República un mapa levantado por ellos que muestra que hay 42 construcciones en la zona dunar, entre Reñaca y Concón, con catorce dentro del área próxima a los dos primeros socavones (12 construidos y 2 en proceso). Todos con autorización de la Municipalidad de Viña del Mar, liderada por Macarena Ripamonti.

Desalienta y deprime que en Chile haya academia e investigación de calidad que sea desatendida por quienes toman decisiones. Una situación que también se observa con los incendios en zonas forestales, urbanas e industriales y las inundaciones. Existe abundante información de calidad para la reducción de riesgos de desastres y está a disposición de quien la quiera obtener.

Los académicos y científicos investigan y publican, la autoridad mira para otro lado, ejecuta y luego pagamos los costos. La plata se va en reparar y reconstruir. Las comunidades también ponen en alerta a la autoridad y el Estado brilla por su sordera. Y, por favor, no todo es consecuencia del cambio climático. Los problemas de gestión y política pública no se pueden obviar.  

No puede ser más crítica la situación de Viña del Mar. Nada queda de la “Ciudad Jardín” que apuntaba al ideal del urbanista británico Ebenezer Howard, de una ciudad que conversa con la naturaleza para generar bienestar a sus habitantes.

A la crisis de los edificios emplazados en las dunas se suman otros infortunios. Un 35% de la ciudad fue arrasada por los incendios de febrero de 2024, incluido el 90% de la superficie del Jardín Botánico, uno de lugares más emblemáticos de la ciudad. La lentitud con la que se han entregado las viviendas de emergencia, y la mala calidad de estas, que fueron incapaces de resistir las lluvias de hace un mes, han agravado significativamente la situación de los viñamarinos. La decadencia de la ciudad se hereda administración tras administración, catástrofe tras catástrofe. 

En Las Condes la emergencia es de otro tipo. Las 84 familias que habitan desde enero de 2024 el edificio de integración social de Rotonda Atenas soportan falta del agua caliente, fugas de gas, filtraciones, ascensores y puertas de emergencia que no funcionan, techos de estacionamientos colapsados y hasta la irrupción de aguas servidas en una zona común, que tuvieron que limpiar ellos mismos. Se trata, además, de departamentos que se entregaron con retraso de diez meses. 

Varios de los problemas ya habían sido advertidos a principios de octubre de 2023 por la concejala independiente (ex Evópoli) Catalina San Martín, quien documentó con fotos las filtraciones, la presencia de hongos, y de paredes y techumbres descascaradas. 

Aquí el gato por liebre es impresentable e inaceptable: la promesa de una nueva vida, con mejores posibilidades de acceso urbano para esas familias, aplastada por el arte de las cosas mal hechas. 

Edificio de integración social de Rotonda Atenas. Foto: AgenciaUno.

¿Las explicaciones? Tras una crónica de La Tercera del lunes 10 de junio, que denunciaba la pesadilla que viven estos nuevos vecinos, la alcaldesa Daniela Peñaloza respondió al mismo medio que “este es un proyecto vanguardista, en el sentido de desarrollar un proyecto de vivienda social en una de las mejores ubicaciones de la ciudad, en cuanto a conectividad y acceso a servicios, logrando una verdadera integración social”.

Sin embargo, añadió, “lograr este proyecto también ha presentado muchas dificultades desde el punto de vista constructivo y administrativo. La municipalidad asumió un rol coordinador en la construcción y entrega de viviendas, lo cual significó un gran desafío, dado que ningún municipio en Chile lo había hecho antes. No obstante, personalmente creo que este modelo no debería volver a replicarse de la forma en que se hizo”.

¿A qué modelo se referirá la alcaldesa? ¿Existe un modelo para exigir a quien construye que en una obra recién entregada funcione el agua caliente, los ascensores, las puertas de emergencia y los techos de los estacionamientos no se caigan? 

Esta era una propuesta que apuntaba a que, de ser exitosa, podría contagiar a otras comunas de Chile, permitiendo entregar mejor acceso a la vivienda y a la ciudad a quienes lo merecen y lo necesitan con urgencia. ¿Le faltó realmente un modelo? ¿o solo la competencia, prolijidad y gestión responsable de nuestros servidores públicos?

Francamente una vergüenza.

*Rita Cox. Editora y conductora de Ciudad Pauta, de Radio Pauta.

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