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18 de Junio de 2024

Cuando las exparejas comienzan a dar cringe: expertos explican cómo el amor se convierte en rechazo

El fenómeno del "asco" en las relaciones, un término popularizado en redes sociales como "the ick", describe una repentina repulsión hacia una pareja que antes era atractiva. Expertos en citas y psicología exploran cómo este sentimiento visceral puede surgir inesperadamente y cómo influye en nuestras decisiones románticas.

Por Catalina Reid

Imagina que estás conociendo a alguien, y hasta el momento todo va de maravilla. Pero de repente, esa persona hace algo que, aunque inofensivo, te da un asco repentino que no puedes ignorar. En redes sociales llaman a este fenómeno “the ick” y se refiere a la reacción visceral de repulsión que hace que te desanimes por la otra persona. Ick es una referencia al sonido que se hace cuando algo te desagrada, lo que en español sería ‘puaj‘.

Es un fenómeno que puede resultar difícil de entender, pero cuando ocurre, lo sabemos definitivamente. Tal vez hayas escuchado algo similar de tus amigos o lo hayas experimentado tú mismo sin saber realmente lo que es. No hay ejemplo más claro que el clip viral de Justin Timberlake haciendo beat box durante uno de los shows de NSYNC en el año 2000, en el que muestra la reacción de Britney Spears desde el público.

https://www.tiktok.com/@santaspearsy2k/video/7299540676407004449?lang=en

Cabe destacar que el video en cuestión está editado, pero aún así sirve para reflejar ese sentimiento de cringe que aparece en las relaciones y que te hace cuestionar si realmente estás atraído a esa persona. Sin embargo, es importante señalar que sentir asco no significa que la persona haya hecho algo malo, simplemente puede ser una reacción inconsciente a los gestos de la persona o a su forma de comportarse.

“Puede ser que hayas captado algo en su sistema de valores que es completamente diferente al tuyo, la forma en que se ríen o cuentan un chiste puede irritarte por completo, o incluso puede ser sólo su aspecto o su olor. Hay toda una variedad de razones por las que aparece el asco, pero es un sentimiento profundo de que esa persona no es alguien con quien quieras estar“, dijo Gurpreet Singh, consejero y psicoterapeuta a Cosmopolitan.

¿Qué hacer cuándo aparece “el asco”?

El “asco” suele aparecer al principio de la relación, normalmente en los primeros meses, cuando estás conociendo a la persona. Puede ser casi instantáneo, como explica la experta en relaciones Hayley Quinn. “Tienes unas cuantas citas con alguien que hace todo lo correcto, pero no puedes evitar esa sensación de querer retroceder físicamente cuando se acerca”.

Los expertos señalan que si empiezas a sentirte de esta manera, conviene darte un tiempo para pensar si podrías aguantar ese comportamiento a largo plazo. “En última instancia, lo mejor es confiar en tus instintos y aceptar que quieres seguir adelante”, dice Quinn. Gurpreet añade: “Depende de si los comportamientos que te irritan son negociables y si pueden cambiarlos. Pero si no es algo que puedan cambiar, como sus modales naturales, entonces es mejor entender cuanto antes que la relación no va a funcionar”.

Las razones detrás del “asco”

A veces, el “asco” puede reflejar nuestra propia incomodidad al acercarnos a alguien, más que algo que la otra persona esté haciendo activamente. Sentirse repentinamente desanimado por una posible pareja puede ser un mecanismo de defensa activado por el miedo a una relación que podría lastimarte o cambiar tu vida. Phoebe Shepherd, una psicóloga clínica, mencionó a Time que el desafío es descubrir cuándo el asco es una razón válida para terminar una relación potencial y cuándo vale la pena seguir adelante. “Los sentimientos no son hechos, son solo información”, destaca.

También podría haber algo de proyección, señala Shepherd. Si tu cita hace algo que consideras vergonzoso, como mostrar demasiada emoción, quizás reaccionas mal porque, en el fondo, te preocupa ser demasiado emocional. “Las partes de nosotros mismos que más avergonzamos son las que mantenemos guardadas y rechazadas”, dice. “Especialmente al principio de las citas, podría ser una proyección de partes vergonzosas de nosotros mismos o de varias inseguridades que tenemos”.

Y, por supuesto, a veces el asco no es nada más profundo que un disgusto común y corriente. “Puede ser tan sencillo como las feromonas y la química, o notar comportamientos similares a un hábito parental molesto”, dice Rachel Goldberg, terapeuta matrimonial y familiar. Sus clientes suelen decirle: “Uf, realmente quiero que me gusten, pero no puedo”. El desafío, entonces, es descubrir cuándo el malestar es una razón válida para terminar una relación potencial y cuándo vale la pena seguir adelante.

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