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Opinión

22 de Junio de 2024

Columna de Isabel Plant | Matthei, Bachelet y Tohá como cartas presidenciables: las tías, las soas y el liderazgo femenino

Foto: AgenciaUno

Las presidenciables que hoy más suenan son Evelyn Matthei, Michelle Bachelet y Carolina Tohá. Frente a este escenario la columnista de The Clinic, Isabel Plant, escribe sobre el factor común que tienen: son las 3 mujeres. "¿Qué es lo extraordinario de esta situación? Que el hecho de que sean mujeres no es tema en el debate político y social actual. Después de haber tenido una presidenta en dos ocasiones, pareciera que el género en política chilena ya no es la mayor novedad", escribe. Y añade: "El quiebre de ese techo de cristal no ha significado un alud de participación política femenina, sino que el cambio ha sido lento y a veces a contrapelo".

Por Isabel Plant

No siempre podemos decir que Chile vive en el futuro, pero en cuanto a mujeres al mando, corremos con ventaja comparativa. Cuando México le daba la bienvenida a su primera mujer presidenta, tras una histórica campaña de dos candidatas, nosotros hemos vuelto a tener a dos políticas en el listado de presidenciables haciendo un “remember” de 2013: mientras Evelyn Matthei lidera en la oposición, Michelle Bachelet vendría siendo la mejor aspectada en encuestas para el oficialismo, si quisiera repetirse el plato.

Aunque queda un largo y sinuoso camino hasta la papeleta, si la expresidenta sigue firme en su negativa a volver a ser candidata, quien podría tomar ese espacio sería Carolina Tohá, actual vicepresidenta de la nación. 

¿Qué es lo extraordinario de esta situación? Que el hecho de que sean mujeres no es tema en el debate político y social actual. Después de haber tenido una presidenta en dos ocasiones, pareciera que el género en política chilena ya no es la mayor novedad. 

Mientras que en el mundo nórdico las mujeres líderes son la tónica, países como Francia o Estados Unidos jamás han tenido a una mujer al mando. Hasta el 1 de junio de este año, ONU Mujeres contaba 27 países donde hay jefas de Estado o Gobierno. Se calcula que faltarían 130 años para que haya igualdad de género a nivel de mandatarios mundiales. 

Así, mucho ha cambiado en nuestro país en cuanto a referentes femeninos en el poder desde ese lejano 2002, cuando vimos en las pantallas a la hija de un general, exiliada y retornada, arriba de un tanque. Partiendo por el hecho de que las chilenas de veinte años para abajo crecieron con la noción de que no hay nada extraordinario en una mujer en La Moneda. 

El quiebre de ese techo de cristal no ha significado un alud de participación política femenina, sino que el cambio ha sido lento y a veces a contrapelo, teniendo que incorporar cuotas que son tratadas como un cacho en vez de una herramienta de igualdad. Las que logran hacerse el espacio en la esfera pública siguen teniendo que pelear contra prejuicios, modelos anticuados y clubes de toby. ¿Qué tienen las que lo logran?

Foto: AgenciaUno

Mucho se ha hablado de las cualidades blandas de la expresidenta: su empatía y carisma como superpoderes. Justamente el tipo de atributos que, se considera hoy, las mujeres han aportado al poder, demostrando que existen más estilos de liderazgos que el masculino-hegemónico-tradicional. Para ser líder de un país ya no hay que ser damas de hierro necesariamente. Pero eso suele poner en un lugar secundario a su inteligencia. Casi como si ser Alta Comisionada de DDHH de la ONU fuera una coincidencia. ¿Puede una presidenta ser considerada inteligente y simpática a la vez? 

Evelyn Matthei, dicen unas encuestas, destaca en la opinión pública por su honestidad, claridad y consecuencia; además de su manejo en seguridad como alcaldesa. La otra hija de general destaca su capacidad de gestión y atributos más “fríos”, pero lo mezcla con el jardineo de sus flores y su habilidad con la aguja e hilo para confeccionar su propia ropa. 

Una es “la Tía Evelyn” y la otra “Soa Bachelet”. Arquetipos de mujeres chilenas, identificables con y por el electorado, cada una en su propio estilo. 

Carolina no es ni Tía ni Soa, es simplemente “La Tohá”; durante estas semanas algunos analistas sintetizaban que le ha costado despegar como posible candidata. La conocemos desde infante, la vimos surgir como líder política en la adolescencia en plena dictadura, liderar desde municipios a distritos, pero quizás en esta era de candidaturas personalistas, está obligada a encontrar cuál es su puente con el electorado desde lo afectivo, porque eso se les exige a las candidatas mujeres. Más allá del valor emotivo de su herencia paterna, ¿quién se reconoce en la ministra del interior? 

En las generaciones más jóvenes, Camila Vallejo es otra mujer que hemos visto crecer, pasar de activista a ministra de Estado. Más que identificación con las electoras, lo suyo es ser un ícono. La más reconocible de un grupo donde podemos sumar a ministras y alcaldesas, desde Antonia Orellana a Irací Hassler. ¿Qué pasa en la oposición? ¿Son Camila Flores, Andrea Balladares o Ruth Hurtado tan influyentes en electoras como sus contrapartes generacionales?

Mientras se retira la marea de la última ola feminista, son pocos los nuevos rostros que quedan en la orilla, consecuencia quizás de un movimiento sin caudillas. En la otra vereda, el auge de partidos de derecha no parece tener en Chile rostros femeninos jóvenes tan potentes como alguna vez lo fueron los de la izquierda. 

Así, queda entonces en los hombros las tías y las soas el seguir empujando techos y abriendo puertas, cumpliendo con las exigencias siempre extraordinarias de toda mujer al mando. Y dejando el camino avanzado para que lo aprovechen otras mujeres, ojalá con múltiples y diversos estilos de liderazgo. 

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