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Reportajes

23 de Junio de 2024

Atletas en fuga: el presente en Chile de los deportistas cubanos que desertaron en los Panamericanos 2023 tras un pacto de amor

Fotos: Jesús Martínez

A seis meses de una de las deserciones más masivas de deportistas cubanos en la historia de los Panamericanos, un grupo de ellos cuenta hoy sus razones para escapar, el secreto pacto de amor que abrió la puerta a la fuga y cómo han reiniciado su vida en Chile. Este reportaje es el resultado de una alianza con Vergara 240, el medio de comunicación multiplataforma de Periodismo UDP. ”Esta es una historia triste y de valentía por todo lo que hicimos, todo lo que dejamos atrás y a quienes dejamos atrás”, dice Lázaro Tolón, el arquero de la selección masculina de hockey de Cuba.

Por Francisco González y Juan José Leyton

Han pasado seis meses de la fuga de 11 deportistas cubanos desde los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023. Para ninguno fue fácil al principio, pero hoy la mayoría ha vuelto a practicar la disciplina en equipos chilenos como jugadores o entrenadores.

La excapitana del equipo de hockey Yunia Milanés, luego de trabajar planchando pijamas, como ayudante en una panadería y empacando masas de empanadas y fideos, hoy hace clases en el club Universidad Católica a niños de 5 a 10 años que quieren aprender el deporte.

Yakira Guillén, su compañera en la selección de hockey, fue fichada por el club Old Reds, conformado por exalumnos del Colegio Redland, en Las Condes. Lo mismo Helec Carta y Jennifer Martínez, otras dos hockistas que se fugaron durante el torneo de los Panamericanos 2023.

El handbolista Lidier Vergara, tras su escape desde Concón, comenzó a trabajar como entrenador y representante del Met Handball Club, de propiedad de la familia Feuchtmann, seleccionados nacionales en la disciplina.

Yunerki Ortega, el nadador ciego, estuvo dos meses sin empleo y sin hacer deporte, luego de huir durante los Parapanamericanos. Hoy practica Triatlón, mientras busca financiamiento para impulsar su carrera deportiva. Hace poco comenzó a trabajar en la Municipalidad de Puente Alto, a la que representa en competencias, e imparte clases de paranatación, aunque aún no tiene un lugar fijo para vivir.

Yordankis Méndez, quien se fugó en los pasados Panamericanos.

El arquero de la selección masculina de hockey, Lázaro Tolón, quien desertó de Cuba antes de los Panamericanos, trabajó en una hojalatería, en la construcción y de guardia en un taller de autos. Hoy sobrevive repartiendo su tiempo en tres empleos: es reponedor en un supermercado de La Dehesa, entrenador en el gimnasio municipal de Lo Barnechea y de hockey en la Universidad Católica, al igual que Yordankis Méndez, su excompañero de equipo.

A la espera de obtener la calidad de refugiados y asentarse definitivamente en el país, aquí revelan detalles inéditos de la historia que los trajo hasta este punto de sus vidas. ”Esta es una historia triste y de valentía por todo lo que hicimos, todo lo que dejamos atrás y a quienes dejamos atrás”, dice Lázaro Tolón.

4 de noviembre de 2023. Santiago, Chile

Yunia Milanés apenas había dormido la noche anterior. En su cabeza repasaba el plan como si fuera un mantra, y tenía la seguridad de que este día, al fin, se iba a reencontrar con Lázaro Tolón, quien la esperaba para ayudarla en su fuga. “Lo único que quería era abrazarlo”, dice. Al otro día, mientras se realizaba la ceremonia de clausura de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, la prensa destacaba que seis integrantes de la selección femenina de hockey de Cuba habían desertado. El nombre de Yunia estaba en la lista.

Esa misma semana, otros cuatro deportistas de la isla hicieron lo propio. Días más tarde, un paratleta ciego también desaparecía de la villa. En total, 11 atletas de la delegación cubana se escaparon durante Santiago 2023, en una de las deserciones más masivas en la historia de los Panamericanos, después de Toronto 2015, cuando alrededor de 20 deportistas no regresaron a la isla.

Pero nadie reparó en que, esta vez, el hecho estaba conectado a otra fuga ocurrida seis meses antes, durante un campeonato en el Club Manquehue, en Vitacura, ni que el inicio de la historia no estaba aquí, sino que en una humilde casa al sur de La Habana, donde Yunia y Lázaro habían prometido, en secreto, reencontrarse algún día.

Marzo de 2023. Las Tunas, Cuba

Lázaro Tolón se miraba al espejo. Más que verse a sí mismo, estaba viendo su vida. El portero de la selección cubana de hockey se encontraba en la casa de su novia, Yunia Milanés, que tenía una larga y exitosa trayectoria como capitana de la selección de hockey femenina, con más de 60 medallas que acumulaba en el living de su casa. 

Lázaro Tolón, que también se quedó en Chile tras los Panamericanos.

Pero Lázaro veía que Yunia y su familia vivían en malas condiciones y con carencias básicas. ¿Cómo podía ser? No tenía sentido para él. Frente al espejo, pensaba en eso: quería que su historia y la de ella fueran distintas. En ese momento, dice, tomó la decisión.

“Luché para llegar a la selección de Cuba, y una vez que llego, no me dan lo que merezco. Todo el sacrificio que había hecho no valía la pena. Por eso decidí abandonar el país”, dice Lázaro, en un pequeño departamento encumbrado en el piso 32 de un edificio en Estación Central, donde hoy vive con Yunia, Yordankis Méndez y Lismary González, todos atletas desertores de la isla, al igual que él.

Lázaro Tolón (26) se crió en Guasimal, un pueblo rural al centro de Cuba, en la provincia de Sancti Spiritus. Desde niño quiso entrar a la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE), uno de los mejores centros de formación de atletas del continente. Intentó con el atletismo, pero no lo logró. Siguió con el boxeo y tampoco. 

Una tarde acompañó a sus amigos a jugar hockey. Para su sorpresa, un entrenador lo vio, se le acercó y le preguntó si le gustaría entrar a la Escuela Nacional de Hockey Sobre Césped, ubicada en Santiago de las Vegas. Así, a los 12 años, iniciaba su carrera deportiva.

Casi al mismo tiempo, quien sería su compañero de equipo años más tarde, Yordankis Méndez (22), comenzaba a escribir su propia historia. De niño probó en la lucha grecorromana, pero luego se encantó con el hockey. “Veía a la gente de la selección que jugaba bien, con bastones de fibra de carbono, traje y uniforme. Decía, ahí quiero llegar para tener esos uniformes y jugar por la selección”, relata. 

Ambos lo lograron, sin embargo, el sueño se desvaneció rápidamente. “No era lo que yo pensaba”, recuerda Lázaro. “Yo creía que mi vida iba a cambiar, pero cuando llegué a la selección seguía pasando por los mismos problemas que ya tenía. Estaba lejos de mi familia, solo podía verlos cada dos o tres meses. Tenía un salario que no me daba prácticamente para nada, con una hija pequeña que mantener. Me pasé mucho tiempo sin zapatos, sin un traje que dijera Cuba o Lázaro. ¡Era lo mínimo!, pero pasé mucho tiempo sin recibir nada. Y en mi cabeza se empezó a maquinar la idea de que esto no era lo mío”.

Al igual que Lázaro, Yordankis, cuando ingresó a la selección, se encontró con una realidad distinta a la que había imaginado. “No me dieron ningún uniforme ni nada, porque estaba muy escaso todo. Ahí dije, me voy a quedar en el primer país al que vaya”, cuenta. 

Hasta entonces, Lázaro y Yordankis no eran amigos, solo compañeros de equipo. Pero a inicios de 2023 todo cambió.

“Pase lo que pase, allá nos vamos a juntar”

Ese día, frente al espejo, en un acto de confianza, Lázaro Tolón miró a Yunia y le preguntó: “¿Qué has logrado? ¿Cómo te han agradecido todo lo que has hecho por el país?”.

“Yo me decía, sí ella no ha logrado nada, ¿qué voy a lograr yo?”, recuerda Lázaro. 

Para entonces, a inicios de marzo de 2023, tanto él como Yordankis habían sido convocados para jugar por la selección en un campeonato preparatorio para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, que se llevaría a cabo en mayo en Chile.

Lázaro le contó a Yunia que no regresaría de ese viaje. “Él me dijo, esta es mi oportunidad, no lo voy a pensar, pero voy a esperar por ti allá. Yo le respondí: ‘Está bien, te apoyo y, si vamos a estar juntos, pase lo que pase, allá nos vamos a juntar”, recuerda Yunia, sentada junto a Lázaro en la pequeña cocina del departamento.

Ninguno de sus compañeros de equipo conocía las intenciones de Lázaro. Ni siquiera Yordankis. De su familia, solo sus hermanos sabían algo. 

“Tuve la oportunidad de despedirme de las personas más queridas. Con mi hija fue duro, porque le di la espalda, no podía contenerme. Pero tenía la esperanza de que iba a salir adelante, que mi vida iba a cambiar y que le podía tener un mejor futuro a ella”, dice.

18 de mayo de 2023. Vitacura, Chile

A las 1 de la mañana, aterrizó en el aeropuerto Arturo Merino Benítez el avión que traía a la delegación cubana de hockey. Lázaro recuerda lo fría que estaba esa noche, mientras un bus los trasladaba al Club Manquehue, donde alojarían y se realizaría el campeonato. 

El torneo Copa Internacional Rudi Westendarp lo disputarían los equipos Manquehue, Brasil, Manquehue 1 y Cuba. Lázaro solo jugó el primer partido. El segundo, programado a las 2 de la tarde, fue adelantado para el mediodía. En este cambio, vio la oportunidad. 

Ya estaba todo planeado. Unas semanas antes del viaje a Chile, Lázaro se había contactado con un amigo en Estados Unidos para que lo ayudara a desertar. Este le dio dos instrucciones: que al momento de la fuga, fuera al Terminal San Borja y que allí tomara un bus a Navidad. 

“Ese día, en el club, fui a la habitación y le comenté a los muchachos que saldría a conectarme al wifi. Tomé un bolsito de mano y metí dos calzoncillos y la billetera con dinero. No tenía nada más, solo la ropa con la que iba”, comenta Lázaro.

“Para no llamar la atención, disimulé que me estaba sacando unas fotos en la pileta de la entrada. Cuando vi que no había nadie, salí por la puerta del club”. Afuera, Lázaro comenzó a caminar sin mirar atrás y sin rumbo por más de una hora, calcula, hasta que se sintió seguro de preguntarle a alguien cómo llegar al Terminal. En Navidad lo recibió su contacto y desde allí se fue a Litueche, también en la sexta Región, donde trabajó como hojalatero. 

Del equipo de hockey, otros dos atletas desertaron después. Yordankis fue el último: “No estaba nervioso, porque mi tía ya me había asegurado que me iba a recoger. No me iba quedar a la deriva”, indica.

A diferencia de Lázaro, Yordankis habló con toda su familia sobre su idea de escaparse. En marzo, cuando se enteró que estaba convocado para el viaje a Chile, le comentó a su mamá que no quería volver a la isla. Una tía que vive hace 15 años en La Ligua prometió ayudarlo. 

El 20 de mayo, dos días después de la fuga de Lázaro, Yordankis salió caminando del club. Su tía lo esperaba afuera. Tomaron un Uber, luego el metro y en la Estación Central compraron dos pasajes para La Ligua. Ya en el bus, Yordankis recuerda que su tía le dijo: “Tranquilo, aquí vives por gusto. Esto no es Cuba”. 

4 de noviembre de 2023. 13:00 horas. Concón, Chile

En el penúltimo día de los Panamericanos, el equipo de handball de Cuba sufrió una inesperada baja. Ese día, a la 1 de la tarde, Lidier Vergara Martínez (29) salió caminando del complejo de cabañas Mantagua, en Concón. Dijo que iba a comprar. Llevaba solo su mochila en sus manos.

Nunca volvió.

Lidier fue el primer desertor cubano de Santiago 2023. Eran sus primeros Juegos Panamericanos, pero no participó en ningún partido, ya que su entrenador lo mantuvo en la reserva.

Lidier Vergara Martínez

Oriundo del norte de Cuba, en la provincia de Santa Clara, desde los 11 años comenzó a seguir los pasos de su madre, Suchil Vergara, quien fue seleccionada de Taekwondo en Cuba. Practicó durante un tiempo esa disciplina, luego tuvo un breve paso por el atletismo y finalmente se decantó por el handball, deporte que le permitió ingresar a la Escuela de Iniciación Escolar.

“Mi expectativa era salir a campeonatos internacionales para ayudar a mi familia económicamente, y asentarme en ligas extranjeras”, dice emocionado, al recordar cómo fueron sus inicios a los 18 años como parte de la selección cubana en handball. Lidier habla sentado en una banca en Plaza Brasil, cerca de donde vive actualmente. 

En 2020 abandonó la selección para integrarse al Club Donskie Kazaki SFU, de la liga profesional de Rusia. Pero su tiempo en ese país no saldría como esperaba. Antes de cumplir un año, volvió a Cuba y a la selección.

Lidier sabía que sus expectativas deportivas no mejorarían, por tanto, pensó en desertar. No le contó a nadie, ni siquiera a su madre. “Quedarme en Chile fue un plan que me surgió después del torneo de Cuatro Naciones en Argentina. Quería un país donde pudiera tener más opciones para mi futuro”, señala Lidier.

En Concón, el día de su fuga en los Panamericanos, notó que el complejo de cabañas donde se hospedaba tenía su propia seguridad, la que sumada a la que ya llevaba la Federación de Cuba, lo hizo dudar. Sin embargo, no perdió la calma. “Simulé que iba con mi mochila a comprar cualquier chuchería frente a las cabañas. Al verme salir así, nadie supuso que iba a desertar”, relata.

Un primo que reside en Santiago era su único contacto, pero solo le contó de sus planes cuando ya estaba en Chile. Al salir, Lidier tomó un taxi con rumbo al Reloj de Flores de Viña del Mar, desde allí llegó al terminal de buses y, solo con lo puesto, inició su viaje a la capital. 

“Todo fue una sorpresa para mi familia. Se lo tomaron de forma bien triste, porque me estaban esperando con muchos preparativos. Cuando supieron, me apoyaron, y dijeron que todo lo que haga con mi carrera mientras sea para salir adelante, estarán ahí siempre”, dice.

4 de noviembre de 2023. 14:00 horas. Cerrillos, Chile

El plan ya estaba en marcha. Yunia Milanes (28), capitana de la Selección Femenina de Hockey de Cuba hace cinco años, despertó pensando en aquella promesa de reencuentro que había sellado con Lázaro Tolón, ocho meses antes.

Oriunda de Las Tunas, es la mayor de ocho hermanos. A los 12 ingresó a la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar. Cinco años más tarde llegó a la Selección de Hockey, donde jugó por más de una década. Pero pese a sus triunfos, dice que su vida no mejoraba y que las condiciones para jugar eran pésimas.

Yunia Milanés fue confirmada para los Panamericanos a última hora.

“Nos dijeron que los cuartos del complejo deportivo de la selección eran buenos, que había otro nivel de vida. Nada era así. Había seis personas por habitación, todos apretados. Teníamos un solo baño para todos”, relata Yunia.

Su participación en los Panamericanos de Santiago 2023 nunca estuvo segura. Solo se confirmó a última hora. Se sabía que era la novia de un desertor, pero también era una de las jugadoras más emblemáticas del equipo.

Así que su nominación fue la primera parte del plan. La segunda se inició el 4 de noviembre, una vez que finalizó el partido contra Uruguay en los Panamericanos. “Estaba loca porque amaneciera, ya que sabía que me iba a encontrar con él. No pude dormir, pero estaba tranquila, porque ya sabía que era mi último día y tenía que estar concentrada en la competencia”, señala Yunia.

Pese a que perdieron 3-0 y se despidieron del torneo sin una medalla, Yunia no estaba desalentada. Solo miraba a sus compañeras de equipo Lismary González y Geidy Morales, quienes la acompañarían en la fuga. 

El plan contemplaba escaparse luego del partido. Lázaro las estaba esperando afuera del Estadio Nacional. Pero fue imposible. No las dejaron salir y el personal de seguridad cubano las vigilaba estrechamente. Entonces, Yunia llamó a Lázaro y le dijo que volverían a la Villa Panamericana.

“Apenas llegamos, la mitad del equipo fue al comedor, y nosotras salimos por la puerta principal con nuestra credencial de deportistas en mano”, recuerda. 

A las 2 de la tarde, con el corazón en un puño, caminaron en dirección a la estación Cerrillos del metro, a tres cuadras, pero Lázaro no estaba. Lo esperaron más de 30 minutos. A todas les pareció una eternidad. Por ahí vieron al entrenador y se escondieron detrás de un árbol. Al rato, otra persona del equipo caminaba cerca. Pensaban que las estaban buscando. Intentaron tomar un taxi para salir rápido de ahí, pero no paraba ninguno. Hasta que al fin llegó Lázaro y, allí, en medio del incesante tráfico y de la gente que transitaba a esa hora por el lugar, Yunia y él se abrazaron en un largo silencio.

4 de noviembre. 17:00 horas. Cerrillos, Chile

Yakira Guillén (27) fue seleccionada de hockey por tres años. La decisión de fugarse en los Panamericanos la tomó sobre la marcha, luego de un partido con Uruguay. 

“Me lesioné jugando en los Panamericanos, se me vinieron un montón de cosas a la cabeza y la noche anterior me decidí a abandonar la delegación”, relata camino a la sede de Old Reds, su actual club de hockey. 

Proveniente de Santo Domingo, a casi 300 kilómetros al sur de La Habana, desde los 11 años se dedicó al hockey. 

Tras escapar, viajó con Helec Cartas y Jennifer Martínez, otras hockistas que desertaron junto con ella, a Iquique, pensando que allá, por la cantidad de migrantes, podrían acelerar los trámites para solicitar refugio. Asegura que su familia se enteró solo cuando ya se había fugado. “Hablé con ellos cuando iba de camino a Iquique. Me preguntaban a qué hora llegaba el vuelo de Cuba para ir a recogerme. Ahí fue cuando se los dije”, recuerda.

Yakira Guillén

Tampoco sabía del plan del grupo de Yunia, que había desertado poco antes. 

“La noche anterior, no pude dormir bien. Solo pensaba en todas las consecuencias por quedarme en Chile, en los años sin poder volver a mi país y sin poder ver a mi familia. Fue lo que más me afectó”, dice Yakira, con la voz entrecortada. 

Tres días después de la fuga, fue contactada por el abogado Mijail Bonito, quien se ofreció a iniciar sus trámites legales para establecerse en Chile tras los Panamericanos, por lo que ella junto a sus compañeras volvieron a Santiago.

Un nuevo país

Mijail Bonito dice que “esta es la fuga de cubanos más relevante de los últimos años”. El abogado representa a un grupo de deportistas desertores de la isla en sus procesos de regularización en el país. Bonito nació en Cuba y fue asesor de migración durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, área en la cual hoy se desempeña como abogado especialista. 

“La primera expectativa que tenemos es que les concedan el refugio lo antes posible. Estos son casos bastante claros en los que la institucionalidad debe funcionar (…). Ellos quieren seguir entrenando e integrarse a los equipos nacionales de Chile”, dice Bonito. 

En los últimos 14 años, 30.866 extranjeros han solicitado refugio en Chile, según datos del Servicio Nacional de Migraciones, solicitados vía Transparencia. De ellos, 14 son deportistas cubanos que se fugaron en 2023, 11 durante los Juegos Santiago 2023.

Según una investigación del Diario de Cuba, contando los Panamericanos, 60 atletas de ese país desertaron en 2023 desde distintas competencias internacionales. 

Lázaro, Yunia, Yordankis y Lismary González (novia de este último) viven actualmente en un departamento en Estación Central, facilitado por el abogado Mijail Bonito. “Algo que nos llena de satisfacción es el apoyo que nos han dado para poder integrarnos nuevamente al deporte”, dice Lázaro. 

“Lo primero que quería era empezar a trabajar y enfocarme en mi vida y mi carrera deportiva. Y luego llegar, algún día, a la selección chilena”, señala Lidier Vergara, actualmente en el Met Handball Club

“Poco a poco me he ido superando y enfocando. Todavía estoy en proceso de adaptación. Aún hay cosas por conocer, cosas por realizar, costumbres que ir asimilando”, agrega.

Yakira Guillén, del Club Old Reds, dice estar contenta en su nuevo equipo. “Es un club que nos ha acogido como si fuéramos de aquí de toda la vida. Todas han sido muy buenas y atentas con nosotras”.

Cuando lo piensa, Lázaro se sorprende de cómo se han dado las cosas. No hace tanto, estaba en Cuba, en la casa de Yunia, frente a un espejo, cuestionando la vida, la carrera y el futuro de ambos. 

Ahora, sentado al lado de ella, se queda en silencio y toma su mano, hasta que, con una voz emocionada, dice: “Ya no voy a estar solo. Tengo a mi novia, mi amiga y mi todo prácticamente. Reencontrarla fue un momento muy lindo. Ya no va a ser lo mismo tener que salir adelante solo, estando con ella al lado”.

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